Un desafío de máxima dificultad

Conducir de noche supone siempre una dificultad añadida. Una complicación añadida al volante. Sobre todo cuando se trata de mantener una regularidad a bordo de un automóvil en plena competición y de optimizar al máximo los recursos energéticos de los que se disponía para estar en sintonía con el entorno. Esa es precisamente una de las pruebas más estimulantes en las que se sumergían los participantes de la quinta edición del Eco Rallye Mallorca - Inca Ciutat durante los tramos nocturnos de la prueba, que ya son una de las principales señas de identidad de la competición que forma parte del calendario del Campeonato de España de Energías Alternativas de la Real Federación Española de Automovilismo.

Pilotos y copilotos tuvieron que hacer frente a un exigente sector que se desarrollaba en la oscuridad de la noche y que les obligaba a mantener en todo lo alto el nivel de concentración para no perder el control de la eficiencia de sus automóviles con mucha menos visibilidad de la que habían tenido horas antes en la primera etapa para llegar de regreso a Inca de madrugada. En ese sentido, hay que recordar que una de las novedades de la edición de este año tenía que ver con el recorrido, que se adentraba en zonas del noroeste de la Isla que no habían sido visitadas en otras entregas anteriores de la prueba.

Los participantes debían abordar hasta once tramos de regularidad a través de las carreteras mallorquinas y los nocturnos, con su exigente recorrido, servían para ahondar en los resultados computados durante los primeros kilómetros del día y para completar unas clasificaciones que, además de decidir a los ganadores de las tres categorías en liza -Eléctricos, Híbridos e Híbridos Enchufables-, ayudarán a encauzar la tabla del Nacional que antes de desembarcar en Balears había sido inaugurada en el Eco Rallye de la Comunitat Valenciana. Concretamente, en la provincia de Castellón.

Uno de los encantos del Eco Rallye Mallorca - Inca Ciutat es que tiene poco que ver con otras competiciones automovilísticas, ya que, a diferencia de las pruebas convencionales en las que prima la velocidad, lo que se premia en la cita mallorquina es la conducción regular, eficiente y sostenible con el medio ambiente a bordo de vehículos eléctricos e híbridos. Un desafío que atrae hasta la competición a los mejores especialistas y equipos del país, para ponerse a prueba a velocidades que no superan los 50 kilómetros por hora y en las que circulan en todo momento monitorizados. El ya tradicional desafío bajo las estrellas del Eco Rallye Mallorca - Inca Ciutat supuso otro fogonazo de luz en mitad de la noche que elevó el magnetismo de una prueba icónica.